Álbum Versos de Jose Marti de Pablo Milanés - Canciones

Versos de Jose Marti

Listado de canciones del álbum Versos de Jose Marti

  1. Mi Verso Es Como Un PuñalVer letra 2:01

    [X]

    letra de Mi Verso Es Como Un Puñal

    Mi verso es como un puñal
    Que por el puño, echa flor.
    Mi verso es un surtidor
    Que da un agua de coral.

    Mi verso es de un verde claro
    Y de un carmín encendido.
    Mi verso es un ciervo herido
    Que busca en el monte amparo.

    ¡penas! ¿quién osa decir
    Que tengo yo penas? luego,
    Después del rayo, y del fuego,
    Tendré tiempo de sufrir.

    Yo sé de un pesar profundo
    Entre las penas sin nombres:
    ¡la esclavitud de los hombres
    Es la gran pena del mundo!

    ¡hay montes, y hay que subir
    Los montes altos: ¡después
    Veremos, alma, quién es
    Quién te me ha puesto al morir!

  2. Yo Soy Un Hombre SinceroVer letra 4:48

    [X]

    letra de Yo Soy Un Hombre Sincero

    Yo soy un hombre sincero
    De donde crece la palma
    Y antes de morirme quiero
    Echar mis versos del alma

    Yo vengo de todas partes
    Y hacia todas partes voy
    Arte soy entre las artes
    Y en los montes, monte soy

    Oculto en mi pecho bravo
    La pena que me lo hiere
    El hijo de un pueblo esclavo
    Vive por él, calla y muere

    Yo he visto al águila herida
    Volar al azul sereno
    Y morir en su guarida
    La víbora del veneno

    Temblé una vez, en la reja
    A la puerta de la viña
    Cuando la bárbara abeja
    Picó en la frente a mi niña

    Gocé una vez, de tal suerte
    Que gocé cual nunca, cuando
    La sentencia de mi muerte
    Leyó el alcaide llorando

    Mírame, madre, y por tu amor no llores
    Si esclavo de mi edad y mis doctrinas
    Tu mártir corazón llené de espinas
    Piensa que nacen entre espinas flores

    Un verso forjé
    Donde crece la luz
    ¡Y América y el hombre digno sea!

  3. Banquete De TiranosVer letra 3:45

    [X]

    letra de Banquete De Tiranos

    Hay una raza vil de hombres tenaces
    De sí propios inflados, y hechos todos,
    Todos, del pelo al pie, de garra y diente,
    Y hay otros, como flor, que al viento exhalan
    En el amor del hombre su perfume.
    Como en el bosque hay tórtolas y fieras
    Y plantas insectívoras y pura
    Sensitiva y clavel en los jardines.
    De alma de hombres los unos se alimentan,
    Los otros su alma dan a que se nutran
    Y perfumen su diente los glotones,
    Tal como el hierro frío en las entrañas
    De la virgen que mata se calienta.

    A un banquete se sientan los tiranos,
    Pero cuando la mano ensangrentada
    Hunden en el manjar, del mártir muerto
    Surge una luz que les aterra, flores
    Grandes como una cruz súbito surgen
    Y huyen, rojo el hocico y pavoridos
    A sus negras entrañas los tiranos.

    Los que se aman a sí, los que la augusta
    Razón a su avaricia y gula ponen,
    Los que no ostentan en la frente honrada
    Ese cinto de luz que en el yugo funde
    Como el inmenso sol en ascuas quiebra
    Los astros que a su seno se abalanzan,
    Los que no llevan del decoro humano
    Ornado el sano pecho, los menores
    Y los segundones de la vida, sólo
    A su goce ruin y medro atentos
    Y no al concierto universal.

    Danzas, comidas, músicas, harenes,
    Jamás la aprobación de un hombre honrado.
    Y si acaso sin sangre hacerse puede,
    Hágase... clávalos, clávalos
    En el horcón más alto del camino
    Por la mitad de la villana frente.
    A la grandiosa humanidad traidores.
    Como implacable obrero
    Que a un féretro de bronce clavetea,
    Los que contigo,
    Se parten la nación a dentelladas.

  4. Al Buen PedroVer letra 1:46

    [X]

    letra de Al Buen Pedro

    Dicen, buen pedro, que de mí murmuras
    Porque tras mis orejas el cabello
    En crespas ondas su caudal levanta.
    ¡diles, bribón, que mientras tú en festines,
    En rubios caldos y en fragantes pomas,
    Entre mancebas del astuto norte,
    De tus esclavos el sudor sangriento
    Torcido en oro descuidado bebes,
    Pensativo, febril, pálido, grave,
    Mi pan rebano en solitaria mesa
    Pidiendo ¡oh triste! al aire sordo modo
    De libertar de su infortunio al siervo
    Y de tu infamia a ti!
    Y en estos lances,
    Suéleme, pedro, en la apretada bolsa
    Faltar la monedilla que reclama,
    Con sus húmedas manos el barbero.

  5. Si Ves Un Monte De EspumasVer letra 1:56

    [X]

    letra de Si Ves Un Monte De Espumas

    Si ves un monte de espumas,
    es mi verso lo que ves:
    mi verso es un monte, y es
    un abanico de plumas.

    Mi verso al valiente agrada:
    mi verso, breve y sincero,
    es del vigor del acero
    con que se funde la espada.

    Duermo en mi cama de roca
    mi sueño dulce y profundo:
    roza una abeja mi boca
    y crece en mi cuerpo el mundo.

    Si ves un monte de espumas,
    es mi verso lo que ves:
    mi verso es un monte, y es
    un abanico de plumas.

  6. Vierte Corazon Tu PenaVer letra 2:59

    [X]

    letra de Vierte Corazon Tu Pena

    Vierte, corazón, tu pena
    Donde no se llegue a ver,
    Por soberbia, y por no ser
    Motivo de pena ajena.

    Yo te quiero, verso amigo,
    Porque cuando siento el pecho
    Ya muy cargado y deshecho
    Parto la carga contigo.

    Tú me sufres, tú aposentas
    En tu regazo amoroso,
    Todo mi amor doloroso,
    Todas mis ansias y afrentas.

    Tú, porque yo pueda en calma
    Amar y hacer bien, consientes
    En enturbiar tus corrientes
    Con cuanto me agobia el alma.

    Tú, porque yo cruce fiero
    La tierra, y sin odio y puro,
    Te arrastras, pálido y duro,
    Mi amoroso compañero.

    Mi vida así se encamina
    Al cielo limpia y serena,
    Y tú me cargas mi pena
    Con tu paciencia divina.

    Y porque mi cruel costumbre
    De echarme en ti te desvía
    De tu dichosa armonía
    Y natural mansedumbre;

    Porque mis penas arrojo
    Sobre tu seno, y lo azotan,
    Y tu corriente alborotan,
    Y acá lívido, allá rojo.

    Blanco allá como la muerte,
    Ora arremetes y ruges,
    Ora con el peso crujes
    De un dolor más que tú fuerte.

    ¿habré, como me aconseja
    Un corazón mal nacido,
    De dejar en el olvido
    A aquel que nunca me deja?

    ¡verso, nos hablan de un dios
    Adonde van los difuntos:
    Verso, o nos condenan juntos,
    O nos salvamos los dos!

  7. Eramos De Nuestra America 1:41
  8. Amor De Ciudad GrandeVer letra 6:30

    [X]

    letra de Amor De Ciudad Grande

    De gorja son y rapidez los tiempos:
    Corre cual luz la voz; en alta aguja
    Cual nave despeñada en sirte horrenda
    Húndese el rayo, y en ligera barca
    El hombre, como alado, el aire hiende.
    ¡así el amor, sin pompa ni misterio .
    Muere, apenas nacido, de saciado!
    ¡jaula es la villa de palomas muertas
    Y ávidos cazadores! si los pechos
    Se rompen de los hombres, y las carnes
    Rotas por tierra ruedan, ¡no han de verse
    Dentro más que frutillas estrujadas!

    De gorja son y rapidez los tiempos:
    Se ama de pie en las calles, entre el polvo
    De los salones y plazas. muere
    La flor el día en que nace. aquella virgen
    Trémula que antes a la muerte daba
    La mano pura que ha ignorado mozo;
    El goce de temer; aquel salirse
    Del pecho el corazón; el inefable
    Placer de merecer; el grato susto
    De caminar de prisa en derechura
    Del hogar de la amada, y a sus puertas,
    Como un niño feliz, romper en llanto;
    Y aquel mirar, de nuestro amor al fuego,
    Irse tiñendo de color las rosas.
    ¡ea, que son patrañas! pues, ¿quién tiene
    Tiempo de ser hidalgo? ¡bien que sienta,
    Cual áureo vaso o lienzo suntuoso,
    Dama gentil en casa de magnate!
    O si se tiene sed, se alarga el brazo
    Y a la copa que pasa, ¡se la apura!
    Luego, la copa turbia al polvo rueda,
    Y el hábil catador, manchado el pecho
    De una sangre invisible, ¡sigue alegre,
    Coronado de mirtos, su camino!

    No son los cuerpos ya sino desechos,
    ¡y fosas y jirones! y las almas
    No son como en el árbol fruta rica
    En cuya blanda piel la almíbar dulce
    En su sazón de madurez rebosa,
    ¡sino fruta de plaza que a brutales
    Golpes el rudo labrador madura!

    ¡la edad es ésta de los labios secos!
    ¡de las noches sin sueño! ¡de la vida
    Estrujada en agraz! ¿qué es lo que falta
    Que la ventura falta? como liebre
    Azorada, el espíritu se esconde,
    Trémulo huyendo al cazador que ríe,
    Cual en soto selvoso, en nuestro pecho;
    Y el deseo, del brazo de la fiebre,
    Cual rico cazador recorre el soto.

    ¡me espanta la ciudad! toda está llena
    De copas por vaciar, ¡oh huecas copas!
    Tengo miedo, ¡ay de mi! de que este vino
    Tósigo sea, y en mis venas luego
    ¡cual duende vengador los dientes clave!
    Tengo sed, más de un vino que en la tierra
    ¡no se sabe beber! ¡no he padecido
    Bastante aún, para romper el muro
    Que me aparta, ¡oh dolor! de mi viñedo!
    ¡tomad vosotros, catadores ruines
    De vinillos humanos, esos vasos
    Donde el jugo de lirio a grandes sorbos
    Sin compasión y sin temor se bebe!

    ¡tomad! yo soy honrado
    ¡tomad! ¡y tengo miedo!
    ¡tomad!

  9. PoeticaVer letra 2:10

    [X]

    letra de Poetica

    La verdad quiere cetro. El verso mío
    puede, cual paje amable, ir por lujosas
    salas de aroma vario y luces ricas,
    temblando enamorado en el cortejo
    de una ilustre princesa, o gratas nieves
    repartiendo a las damas. De espadines
    sabe mi verso, y de jubón violeta
    y toca rubia, y calza acuchillada.
    Sabe de vinos tibios y de amores
    mi verso montaraz, pero el silencio
    del verdadero amor, y la espesura
    de la selva prolífica prefiere.
    ¡Cuál gusta del canario, cuál del águila!

  10. Para Un Principe Enano 3:33
  11. El Enemigo BrutalVer letra 1:38

    [X]

    letra de El Enemigo Brutal

    El enemigo brutal
    Nos pone fuego a la casa.
    El sable la calle arrasa,
    A la luna tropical.

    Pocos salieron ilesos
    Del sable del español.
    La calle, al salir el sol,
    Era un reguero de sesos.

    Pasa, entre balas, un coche,
    Entran, llorando, a una muerta,
    Llama una mano a la puerta
    En lo negro de la noche.

    No hay bala que no taladre
    El portón, y la mujer
    Que llama, me ha dado el ser:
    Me viene a buscar mi madre.

    A la boca de la muerte,
    Los valientes habaneros
    Se quitaron los sombreros
    Ante la matrona fuerte.

    Y después que nos besamos
    Como dos locos, me dijo:
    ¡vamos pronto, vamos hijo.
    La niña está sola, vamos!

  12. Es Rubia, El Cabello SueltoVer letra 2:38

    [X]

    letra de Es Rubia, El Cabello Suelto

    Es rubia, el cabello suelto
    da más luz al ojo moro
    voy desde entonces envuelto
    en un torbellino de oro.

    La abeja estival que zumba
    más ágil por la flor nueva
    no dice como antes, tumba
    Eva, dice todo es Eva.

    Bajo el oscuro, al temido
    raudal de la catarata
    y brilla el iris tendido
    sobre las hojas de plata.

    Miro ceñudo la agreste
    pompa del monte irritado
    y en el alma azul celeste
    brota un jacinto rosado.

    Voy por el bosque a paseo
    a la laguna vecina
    y entre las ramas la veo
    y por el agua camina
    la serpiente del jardín
    silba, escupe y se resbala
    por su agujero
    el clarín me tiende trinando el ala.

    Arpa soy, salterio soy
    donde vibra el universo
    vengo del sol y al sol voy
    soy el amor,
    soy el verso.

  13. Yo Soy Un Hombre SinceroVer letra 4:48

    [X]

    letra de Yo Soy Un Hombre Sincero

    Yo soy un hombre sincero
    De donde crece la palma
    Y antes de morirme quiero
    Echar mis versos del alma

    Yo vengo de todas partes
    Y hacia todas partes voy
    Arte soy entre las artes
    Y en los montes, monte soy

    Oculto en mi pecho bravo
    La pena que me lo hiere
    El hijo de un pueblo esclavo
    Vive por él, calla y muere

    Yo he visto al águila herida
    Volar al azul sereno
    Y morir en su guarida
    La víbora del veneno

    Temblé una vez, en la reja
    A la puerta de la viña
    Cuando la bárbara abeja
    Picó en la frente a mi niña

    Gocé una vez, de tal suerte
    Que gocé cual nunca, cuando
    La sentencia de mi muerte
    Leyó el alcaide llorando

    Mírame, madre, y por tu amor no llores
    Si esclavo de mi edad y mis doctrinas
    Tu mártir corazón llené de espinas
    Piensa que nacen entre espinas flores

    Un verso forjé
    Donde crece la luz
    ¡Y América y el hombre digno sea!

  14. Versos SencillosVer letra 0:53

    [X]

    letra de Versos Sencillos

    Si ves un monte de espumas,
    es mi verso lo que ves:
    mi verso es un monte, y es
    un abanico de plumas.

    Mi verso es de un verde claro
    y de un carmín encendido.
    Mi verso es un ciervo herido
    que busca en el monte amparo.

    Yo sé de un pesar profundo
    entre las penas sin nombres:
    ¡la esclavitud de los hombres
    es la gran pena del mundo!

    ¡Hay montes, y hay que subir
    los montes altos: ¡después
    veremos, alma, quién es
    quién te me ha puesto al morir!

    Mi verso es como un puñal
    que por el puño, echa flor.
    Mi verso es un surtidor
    que da un agua de coral.

    Mi verso al valiente agrada:
    mi verso, breve y sincero,
    es del vigor del acero
    con que se funde la espada.

    Yo quiero, cuando me muera,
    sin patria, pero sin amo,
    tener en mi tumba un ramo
    de flores y una bandera.

    No me pongan en lo oscuro
    a morir como un traidor:
    ¡Yo soy bueno, y como bueno,
    moriré de cara al sol!

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