Álbum Precious Lord de Al Green - Canciones

Precious Lord

Reseña
El álbum Precious Lord continúa la aclamada incursión de Al Green en la música góspel, reafirmando su compromiso con su fe. En este trabajo, el reverendo Green se centra en himnos y canciones tradicionales del repertorio góspel, interpretándolos con una devoción y una fuerza conmovedoras. De este modo, el artista conecta con las raíces más profundas de la música sacra afroamericana, mostrando un profundo respeto por la tradición.
Además, la producción es sobria y elegante, poniendo todo el énfasis en la increíble capacidad vocal de Green y en el mensaje espiritual de las canciones. Por consiguiente, el álbum vuelve a ser un éxito en el ámbito de la música religiosa y le otorga otro premio Grammy, consolidando una racha triunfal. Por esta razón, "Precious Lord" es una obra de una gran belleza y sinceridad, un remanso de paz que demuestra que, para Al Green, la música es una forma de oración.
Listado de canciones del álbum Precious Lord
- Precious Lord 3:07
- Rock of Ages 2:31
- The Old Rugged Cross 3:24
- Morningstar 3:22
- How Great Thou Art 3:31
- Glory to His Name 2:54
- What a Friend We Have in Jesus 4:05
- In the Garden 3:55
- Hallelujah (I Just Want to Praise the Lord) 4:35
El álbum Precious Lord continúa la aclamada incursión de Al Green en la música góspel, reafirmando su compromiso con su fe. En este trabajo, el reverendo Green se centra en himnos y canciones tradicionales del repertorio góspel, interpretándolos con una devoción y una fuerza conmovedoras. De este modo, el artista conecta con las raíces más profundas de la música sacra afroamericana, mostrando un profundo respeto por la tradición.
Además, la producción es sobria y elegante, poniendo todo el énfasis en la increíble capacidad vocal de Green y en el mensaje espiritual de las canciones. Por consiguiente, el álbum vuelve a ser un éxito en el ámbito de la música religiosa y le otorga otro premio Grammy, consolidando una racha triunfal. Por esta razón, "Precious Lord" es una obra de una gran belleza y sinceridad, un remanso de paz que demuestra que, para Al Green, la música es una forma de oración.