Álbum Burning Hell de John Lee Hooker - Canciones

Burning Hell

Reseña
El álbum Burning Hell es una joya para los puristas del blues, ya que recoge una sesión de grabación acústica realizada en 1959 que permaneció inédita durante años. Por esta razón, el sonido del disco es de una crudeza y una intimidad extraordinarias. De hecho, presenta a John Lee Hooker en solitario, armado únicamente con su guitarra y su voz.
Así pues, el repertorio se compone tanto de composiciones originales como de reinterpretaciones de clásicos del Delta. Por consiguiente, canciones como la que da título al disco, "Burning Hell", o "Graveyard Blues" están impregnadas de una atmósfera oscura y premonitoria. La voz de John Lee Hooker suena aquí más profunda y cavernosa que nunca, narrando historias de sufrimiento y redención.
Además, el álbum es un escaparate de su estilo de guitarra único, con sus ritmos hipnóticos y su tempo impredecible. Mientras tanto, la ausencia de una banda de acompañamiento permite apreciar cada matiz de su interpretación, cada golpe en la caja de la guitarra y cada gemido de su voz. En resumen, "Burning Hell" es un documento sonoro esencial que nos permite asomarnos a la esencia más pura y primigenia del blues del Delta a través de uno de sus maestros indiscutibles.
Listado de canciones del álbum Burning Hell
- Burning Hell
- Graveyard Blues
- Baby Please Don't Go
- Jackson, Tennessee
- You Live Your Life & I'll Live Mine
- Smokestack Lightnin'
- How Can You Do It
- I Don't Want No Woman If Her Hair Ain't No Longer Than Mine (Short-Haired Woman)
- I Rolled and Turned and Cried the Whole Night Long
- Blues for My Baby
- Key to the Highway
- Natchez Fire
El álbum Burning Hell es una joya para los puristas del blues, ya que recoge una sesión de grabación acústica realizada en 1959 que permaneció inédita durante años. Por esta razón, el sonido del disco es de una crudeza y una intimidad extraordinarias. De hecho, presenta a John Lee Hooker en solitario, armado únicamente con su guitarra y su voz.
Así pues, el repertorio se compone tanto de composiciones originales como de reinterpretaciones de clásicos del Delta. Por consiguiente, canciones como la que da título al disco, "Burning Hell", o "Graveyard Blues" están impregnadas de una atmósfera oscura y premonitoria. La voz de John Lee Hooker suena aquí más profunda y cavernosa que nunca, narrando historias de sufrimiento y redención.
Además, el álbum es un escaparate de su estilo de guitarra único, con sus ritmos hipnóticos y su tempo impredecible. Mientras tanto, la ausencia de una banda de acompañamiento permite apreciar cada matiz de su interpretación, cada golpe en la caja de la guitarra y cada gemido de su voz. En resumen, "Burning Hell" es un documento sonoro esencial que nos permite asomarnos a la esencia más pura y primigenia del blues del Delta a través de uno de sus maestros indiscutibles.