Álbum Ella Sings Gershwin de Ella Fitzgerald - Canciones

Ella Sings Gershwin

Reseña
Con Ella Sings Gershwin, de 1951, Ella Fitzgerald entrega el que puede ser considerado el precursor de su legendaria serie de "Song Books". Por lo tanto, en este trabajo, la artista, acompañada únicamente por el piano de Ellis Larkins, aborda con una intimidad y una elegancia extraordinarias el repertorio de los hermanos George e Ira Gershwin. De hecho, es una obra maestra de la contención y del buen gusto.
En consecuencia, el formato de voz y piano desnuda las canciones hasta su esencia más pura. La producción es minimalista y busca crear una atmósfera de club de jazz a altas horas de la noche. Como resultado, la escucha es una experiencia profundamente conmovedora y personal.
Además, la química entre la voz de Ella Fitzgerald y el piano de Larkins es sencillamente mágica. El pianista crea un acompañamiento lleno de matices y de sofisticación, un colchón perfecto para que la cantante brille con su increíble técnica y su exquisita sensibilidad. Canciones como "Someone to Watch Over Me" o "But Not for Me" alcanzan aquí su versión definitiva.
Años antes de sus monumentales grabaciones orquestales, 'Ella Sings Gershwin' es un testimonio del profundo respeto y la inteligencia con la que la artista se acercaba al Gran Cancionero Americano. En definitiva, es una joya atemporal, la prueba de que, a veces, menos es mucho más.
Listado de canciones del álbum Ella Sings Gershwin
- Someone To Watch Over Me
- My One And Only (What Am I Gonna Do)
- But Not For Me
- Looking For A Boy
- I've Got A Crush On You
- How Long Has This Been Going On
- Maybe
- Soon
Con Ella Sings Gershwin, de 1951, Ella Fitzgerald entrega el que puede ser considerado el precursor de su legendaria serie de "Song Books". Por lo tanto, en este trabajo, la artista, acompañada únicamente por el piano de Ellis Larkins, aborda con una intimidad y una elegancia extraordinarias el repertorio de los hermanos George e Ira Gershwin. De hecho, es una obra maestra de la contención y del buen gusto.
En consecuencia, el formato de voz y piano desnuda las canciones hasta su esencia más pura. La producción es minimalista y busca crear una atmósfera de club de jazz a altas horas de la noche. Como resultado, la escucha es una experiencia profundamente conmovedora y personal.
Además, la química entre la voz de Ella Fitzgerald y el piano de Larkins es sencillamente mágica. El pianista crea un acompañamiento lleno de matices y de sofisticación, un colchón perfecto para que la cantante brille con su increíble técnica y su exquisita sensibilidad. Canciones como "Someone to Watch Over Me" o "But Not for Me" alcanzan aquí su versión definitiva.
Años antes de sus monumentales grabaciones orquestales, 'Ella Sings Gershwin' es un testimonio del profundo respeto y la inteligencia con la que la artista se acercaba al Gran Cancionero Americano. En definitiva, es una joya atemporal, la prueba de que, a veces, menos es mucho más.